Hacienda del Hospital, Nuestra Señora de la Concepción
Esta histórica hacienda fue construida a finales del siglo XVI, cuando Bernardino Alvarez llegó a América, dedicándose a la aventura, por lo que fue castigado y mandando a China, de donde escapó y se dirigió a Perú en donde hizo fortuna, al regresar a México en 1540 cambió de forma de pensar y se dedicó a ayudar al prójimo, primero en el hospital de Jesús y luego fundando una serie de sanatorios empleando en ellos todo su fortuna.
Según información recabada por el
escritor Alfonso Toussaint, este personaje inició en 1569 la construcción del
hospital de la Santa Cruz en Huaxtepec que fue uno de los más importantes de
América y para su mantenimiento obtuvo del virrey Lorenzo Suárez, una merced de 86 hectáreas a favor de la Congregación
de los Hermanos de San Hipólit,o que estaba ubicada en los límites del pueblo de
Ahuehuepan en el año de 1581.
Posteriormente se le fueron agregando
más propiedades, como los tres sitios de estancia para ganado menor que
consistían en unas dos mil hectáreas, para principios del siglo XVII, ya
funcionaba un trapiche de tracción animal. La finca permaneció como propiedad de
la congregación religiosa al menos una par de siglos más, siendo administrada y
arrendada en varias ocasiones, como se puede ver en los múltiples litigios suscitados
por el aprovechamiento del agua del rio Yautepec y los manantiales de Santa Inés.
No se tiene certeza en qué fecha dejo
de pertenecer a la orden de los Hipólitos, pero según Toussaint, para 1831
encontramos que se encontraba de manos de la familia Michaus, pues en ese año la
viuda de don Martín Ángel, gestionó la obtención de numerario para operar las
haciendas del Hospital, Buenavista y Santa Inés.
Para el año de 1887, figuraba como propiedad
de Jose Toriello, años más tarde volvió a cambiar de dueño y apareció como
propietario Vicente Alonso Simón, un dinámico empresario que era dueño de la
adjunta hacienda de Calderón y que sería el constructor de la hacienda de.
Chinameca. Para 1899 se cultivaba arroz
y se contaba con más de 400 habitaciones y su producción para el año de 1909
fue de 2,500 toneladas de azúcar y mil de miel, cuyo valor de venta superaba
los 400,000 pesos.
Al morir don Vicente, su viuda Juila
Pagaza controlaba un latifundio de más de 63,000 hectáreas que unidos a las de
San Nicolás y Zacatepec que también eran de esta familia controlaban la tercera
parte de la producción de azúcar de todo el estado. Al llegar la época
revolucionaria la hacienda se repartió y surgieron los ejidos de Villa de Ayala,
Anenecuilco, Hospital, Calderón y Cuautla, quedándole al casco únicamente unas
tres hectáreas.
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