Río de Janeiro 2016
A pocos meses de realizarse las próximas Olimpiadas, el ambiente deportista empieza a contagiar el ambiente y es interesante conocer algunas de los aspectos más extraordinarios y sobresalientes que han acontecido en estos 120 años de historia olímpica.
Empezamos la lista con Edward
"Eddie" Patrick Francis Eagan un atleta estadunidense que tiene el
orgullo de ser el único deportista que ha ganado medalla de oro tanto en los
juegos olímpicos de verano, como en los de invierno, en los Juegos Olímpicos de Amberes de 1920,
se impuso al noruego Sverre Sörsdal en la competición de boxeo (pesos
semipesados). Doce años más tarde, en Lake Placid, Eddie participó de nuevo en
unos Juegos, en la edición de invierno, como miembro del equipo norteamericano
de bobsleigh a cuatro, dirigido por Billy Fiske. El equipo ganó con dos
segundos de ventaja y se adjudicó el oro, hazaña que le permitió convertirse en
campeón olímpico de unos Juegos de verano y unos de invierno.
Ugo Frigerio, fue un atleta italiano especializado
en la marcha atlética, fue el abanderado de su país en dos Juegos Olímpicos,
ganó 3 medallas de oro olímpicas, 2 en Amberes 1920 en las pruebas de 3 y 10 km
marcha y otra en París 1924, también en los 10 km marcha, además ganó una de
bronce en Los Angeles 1932 en la prueba de 50 km de marcha. Con las que
consiguió ser el primer campeón olímpico italiano de la historia en esta
disciplina deportiva, a este extraordinario corredor se le recuerda especialmente
por las dos justas que ganó en 1920, cuando hacia pausas periódicas en la
carrera para dirigir la banda de musca que él mismo había seleccionado.
Ivan Osiier es un caso de constancia olímpica
ya que participó en siete olimpiadas entre 1908 y 1936 y de todas ellas únicamente
pudo una medalla de plata en la edición de 1912.
También suceden actos de perseverancia
como el de Gabrielle Anderson quien obtuvo más reconocimiento por su
participación en la prueba del maratón de los Ángeles 1984 que la que gano la
competencia y todo por su estado al llegar a la menta en la celebración de la
primera prueba de la maratón en esa edición olímpica. Ese día tomaron la salida
50 mujeres para afrontar los 42,195 metros, y sólo 44 llegaron a la meta,
siendo una de estas Gabrielle Andersen – Scheiss, una norteamericana
nacionalizada Suiza, país por el cual corrido aquella tarde, protagonizando uno
de los momentos más dramáticos en la historia de los juegos, al entrar al estadio
desfalleciendo y con el cuerpo paralizado por algunos calambres, por lo iba
caminando por todos los carriles, con un solo objetivo, recorrer los 400 metros
que le faltaban para la meta, al verla llegar el público, se impresiono al
verla en ese estado.
Los equipos de emergencia en el estadio
olímpico, se miraban impotentes, por que el tocarla significa su eliminación,
por lo que únicamente se situaron a lado de ella mientras iba llegando a la
meta, a la que finalmente llegó para caer en los brazos de uno de los
socorristas que la estaba esperando. Su hazaña no solo sirvió para protagonizar
uno fue episodios más famosos de la historia del olimpismo, sino que también sirvió
para que se redactara la ley Scheiss, por la cual ya no se sanciona a ningún
participante en la maratón, por ser atendido por los servicios médicos durante
la carrera.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario