jueves, 14 de enero de 2016

120 Años de Gloria Olímpica


Río de Janeiro 2016

A pocos meses de realizarse las próximas Olimpiadas, el ambiente deportista empieza a contagiar el ambiente y es interesante conocer algunas de los aspectos más extraordinarios y sobresalientes  que  han  acontecido en estos 120 años de historia olímpica.


Empezamos la lista con Edward "Eddie" Patrick Francis Eagan un atleta estadunidense que tiene el orgullo de ser el único deportista que ha ganado medalla de oro tanto en los juegos olímpicos de verano, como en los de invierno,  en los Juegos Olímpicos de Amberes de 1920, se impuso al noruego Sverre Sörsdal en la competición de boxeo (pesos semipesados). Doce años más tarde, en Lake Placid, Eddie participó de nuevo en unos Juegos, en la edición de invierno, como miembro del equipo norteamericano de bobsleigh a cuatro, dirigido por Billy Fiske. El equipo ganó con dos segundos de ventaja y se adjudicó el oro, hazaña que le permitió convertirse en campeón olímpico de unos Juegos de verano y unos de invierno.

Ugo Frigerio, fue un atleta italiano especializado en la marcha atlética, fue el abanderado de su país en dos Juegos Olímpicos, ganó 3 medallas de oro olímpicas, 2 en Amberes 1920 en las pruebas de 3 y 10 km marcha y otra en París 1924, también en los 10 km marcha, además ganó una de bronce en Los Angeles 1932 en la prueba de 50 km de marcha. Con las que consiguió ser el primer campeón olímpico italiano de la historia en esta disciplina deportiva, a este extraordinario corredor se le recuerda especialmente por las dos justas que ganó en 1920, cuando hacia pausas periódicas en la carrera para dirigir la banda de musca que él mismo había seleccionado.

Ivan Osiier es un caso de constancia olímpica ya que participó en siete olimpiadas entre 1908 y 1936 y de todas ellas únicamente pudo una medalla de plata en la edición de 1912. 
También suceden actos de perseverancia como el de Gabrielle Anderson quien obtuvo más reconocimiento por su participación en la prueba del maratón de los Ángeles 1984 que la que gano la competencia y todo por su estado al llegar a la menta en la celebración de la primera prueba de la maratón en esa edición olímpica. Ese día tomaron la salida 50 mujeres para afrontar los 42,195 metros, y sólo 44 llegaron a la meta, siendo una de estas Gabrielle Andersen – Scheiss, una norteamericana nacionalizada Suiza, país por el cual corrido aquella tarde, protagonizando uno de los momentos más dramáticos en la historia de  los juegos, al entrar al estadio desfalleciendo y con el cuerpo paralizado por algunos calambres, por lo iba caminando por todos los carriles, con un solo objetivo, recorrer los 400 metros que le faltaban para la meta, al verla llegar el público, se impresiono al verla en ese estado.

Los equipos de emergencia en el estadio olímpico, se miraban impotentes, por que el tocarla significa su eliminación, por lo que únicamente se situaron a lado de ella mientras iba llegando a la meta, a la que finalmente llegó para caer en los brazos de uno de los socorristas que la estaba esperando. Su hazaña no solo sirvió para protagonizar uno fue episodios más famosos de la historia del olimpismo, sino que también sirvió para que se redactara la ley Scheiss, por la cual ya no se sanciona a ningún participante en la maratón, por ser atendido por los servicios médicos durante la carrera.

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